Nuestro día de Acción de Gracias (con vino y sin pavo)
Efectivamente, este mes de noviembre celebramos en Laguardia (y también en otras localidades de Rioja Alavesa, como Labastida o Lapuebla de Labarca) nuestro día de acción de gracias.
Hoy en día, que parecen nuestras tradiciones quedarse atrás y son sustituidas por costumbres foráneas (sin ningún significado para nosotros más que practicar un “san queremos”, eso sí muy nuestro, siempre dispuestos a festejar y disfrutar con cualquier excusa) no está de más mostrar algunas de esas tradiciones que siguen estando presentes y muchos no conocen.
Así pues, y antes de comenzar los festejos que es lo que todos queremos, primero deberíamos explicar ¿por qué damos las gracias? En una comarca tan vitícola como la nuestra, como es lógico pensar, por la vendimia de este año. Pero no solo por la calidad de la vendimia damos gracias, sino también por el arduo trabajo realizado, por no haber tenido ningún disgusto, por haber salido bien las cosas en bodega y seguir haciendo, al menos un año más, aquello que nos gusta: elaborar vino.
Pero, ¿a quién darle las gracias? Sin ánimo de iniciar en este blog sobre vino una discusión teológica, esta es la parte más personal y cada uno de nosotros tendrá que pensar a quién agradecer…
En este caso, desde Vallobera lo tenemos claro:
- A nuestros viticultores, que trabajan con esmero las parcelas y logran proveernos con uva de la mayor calidad
- A todos los vendimiadores y trabajadores de bodega, que consiguen sacar los renques y lagos adelante
- A enólogos y bodegueros, cuya experiencia ha logrado convertir a Rioja en la región vitícola más importante de España
- A todas las personas de administración, que preparan la documentación necesaria y luchan diariamente contra la interminable burocracia de este país
- A los comerciales, que dan a conocer nuestros vinos no solo en España sino por todo el mundo
- Al personal de enoturismo, que muestra a todos los visitantes las bondades de nuestra zona y nuestros vinos
- A todos los proveedores de botellas, corchos, etiquetas… y sus diseñadores, sin los cuales no podríamos vestir de gala nuestros vinos
- Y finalmente, pero no por ello menos importante, a ese Dios/ Madre naturaleza/ Suerte/ Energía cósmica (llamadlo como queráis) que resulta imposible controlar, del que tanto dependemos y que tanto influye en las características de la uva vendimiada, obligándonos a adaptar año tras año la elaboración a las condiciones climáticas del año.
De parte de Vallobera ¡muchas gracias a todos!