Laguardia y sus atractivos de turismo y vino
Nos encontramos ya en diciembre, cercano el final del año. Son tiempos no solo de mucho y bonito trabajo, sino también de gran afluencia de público en las bodegas. La razón es sencilla: el precioso y efímero paisaje otoñal va finalizando, se incrementan las fechas festivas y los primeros caldos de esta cosecha van apareciendo, un motivo más para visitar bodegas y probar nuevos vinos.
Tiempo tendremos para hablar de la añada 2022, de recordar su riguroso verano, de degustar los vinos elaborados… Ahora, aprovechando este período tan propicio para el turismo como estas fechas prenavideñas, nombraremos algunas de las maravillas al aire libre que merece la pena ver cuando os acerquéis a Laguardia a conocernos.
Alguno podrá pensar, ¿por qué hablar sobre Laguardia y no sobre vino? Por un lado, porque Laguardia no se entendería sin su vino. Además, el clima de esta zona y las costumbres de su gente influyen sobre el estilo de nuestros vinos. Pero hay algo más profundo, inherente al propio SER del vino, y difícil de transmitir con palabras, pero que todos hemos sentido: ¿verdad que el mismo vino no sabe igual solo que bien acompañado por amigos o familia? ¿Verdad que parecen diferentes si lo tomamos en casa o visitando un lugar por primera vez? Pues es cierto: el vino, sin cultura que lo arrope, costumbres que le influyan y compañía para compartirlo, es menos vino.
Así pues, aquí os dejamos algunas de las maravillas de Laguardia que a buen seguro os harán disfrutar aún más de nuestros vinos:
- Paseo del Collado y mirador Portal de Páganos
- El lugar ideal para descansar después de visitar la villa, bajar una copiosa comida y, al mismo tiempo, descubrir desde el mirador una de las mejores vistas de toda la región
- Torre abacial
- Sin pretender hacer una exhaustiva descripción resultan importantes varios detalles de esta torre campanario, como la combinación de estilos románico (parte inferior) y gótico (parte superior de la torre) en su construcción, así como la presencia de un aljibe a los pies de la torre.
- Si la historia no es lo vuestro no desfallezcáis con esta descripción, ya que si lo hemos incluido es precisamente por las vistas de 360º de las que podréis disfrutar una vez arriba.
- Poblado de la Hoya
- Habitado entre el 1200 a.C. y el 250 a.C., merece la pena acercarse para conocer cómo vivían los antiguos moradores de la región. De nuevo, si los restos arqueológicos os aburren y no os parecen más que “piedras”, no se lo digáis a los rabudos (curioso gentilicio de Laguardia) y disfrutad a cambio del paisaje, nadie se dará cuenta.
- Dólmenes
- Podemos encontrar numerosos ejemplos de estas estructuras donde se realizaban enterramientos hace ya más de 3000 años. Rodeados no solo de un paisaje que enamora sino también de un aura mágica que invita a reflexionar con tranquilidad sobre tiempos pasados más sencillos (o quizá no, y solo penséis en el siguiente vino que os tomaréis y os asalte la duda de con qué pintxo acompañarlo. No os preocupéis, Laguardia os acogerá a todos).
PD.: «En diciembre no hay valiente que no tiemble.»
Pues eso, venid abrigados a conocernos porque el frío está ya con nosotros y aquí le pega bien, y os ayudaremos a subir de temperatura con uno de nuestros grandes vinos.