Los estrictos análisis del Consejo Regulador de la Denominación
Formar parte como productores de una de las dos Denominaciones de Origen «Calificadas» españolas, que aseguran la máxima calidad de los vinos de una determinada zona, además de un orgullo es también una enorme responsabilidad que requiere una constante atención.
El Consejo Regulador de la Denominación de Orien Calificada establece una serie de condiciones que se deben cumplir obligatoriamente para acceder la la calificación de los vinos: los límites de la zona de producción de las uvas así como las variedades, rendimientos de uva en cada campaña dependiendo del comportamiento del clima de la temporada… pero también los pasos posteriores en la elaboración y producción y, más tarde, en los tiempo regulados de crianza.
El pliego de condiciones para la certificación de calidad es escrupulosamente seguido en nuestra Bodega en cada momento de la elaboración y conservación. Independientemente de nuestros propios controles internos, cada cierto tiempo el Consejo recibe muestras enviadas por las bodegas para exámenes organolépticas y análisis de color, olor y calidad del vino.
También se analizan grado alcohólico, acidez total tartárica, acidez volátil, sulfuroso total y sulfuroso libre, azúcares reductores, densidad, extracto seco, pH, ácido mágico, índice de color y polifenoles totales tanto en vinos tintos como en rosados y blanco. Dichas muestras son obtenidas en los mismos depósitos donde el vino ha fermentad y, en nuestro caso, enviadas al laboratorio oficial que la Denominación posee en Laguardia. Además debemos partir de unos mínimos exigidos:
- Nuestra Bodega reúne las características, no sólo necesarias, sino óptimas para la elaboración y crianza de vinos de Rioja.
- Para poder ser Criador de vino en nuestra Denominación de Origen, se han de superar las 50 unidades de barricas de roble (bien francesas, americanas o de otras procedencias geográficas) de 225 litros y poseer un stockage mínimo de 22.500 litros. Bodegas Vallobera supera ambos requisitos con creces.
La Denominación basa su calidad en la exigencia de cada requisito y este proceso es aceptado por productores y elaboradores.
¿Cómo se garantiza la calidad de los vinos?
El Consejo Regulador de la Denominación provee de sellos distintivos de garantía de origen (lo hace desde 1.925) que califican y certifican la calidad de cada botella. Son tirillas adhesivas que informan del tipo de vinos según el tiempo de Crianza y origen y que contienen un número de seguimiento que aseguran el rastreo de cada unidad. Estos sellos están dotados desde el año 2000 de elementos de seguridad holográficos utilizados incluso en los billetes europeos de curso legal (Rioja Trustseal) que confiere aún más seguridad al consumidor.
Este organismo también observa el seguimiento posterior de los vinos de Rioja en los puntos de venta finales, tanto en nuestro país como en el extranjero, con tomas de muestras que son examinadas por el Órgano correspondiente del Consejo Regulador y que autentifican su origen, añada, envejecimiento y calidad aseguradas en la tirilla oficial.
Como podéis ver, los esfuerzos que realizamos para asegurar la extraordinaria calidad de nuestros productos merece la pena. No es extraño que esta fórmula de amparo siga funcionando correctamente desde 1.925 y que hayamos conseguido entre todos ser la Denominación de Origen alimenticia española más reconocida en el mundo y posicionar nuestros vinos en los principales mercados internacionales.
Vista del edificio que alberga las instalaciones del CRDOR
Evidentemente estamos encantados de continuar formando parte de este engranaje, desde la vendimia hasta el producto final, mediante exigentes controles de trazabilidad que confirman que cada vino que Bodegas Vallobera ofrece a sus clientes es un producto extraordinario no sólo en sus características de gusto, olfato y vista, sino desde el ángulo opuesto de la calidad y el control.
